
Este cuerpo de obra es el resultado de la reapropiación que hice en el 2016 de una serie anterior, a la cual titulé: Variaciones. Ésta se trataba de grabados circulares hechos sobre placas de cobre texturizadas, que me permitían explorar la relatividad de la imagen, y la forma en que los elementos interactuaban entre sí, modificándose en función de factores externos y formales. Las texturas inspiraron imágenes orgánicas, vegetales y acuáticas, similares a lo que podemos ver en un microscopio, organismos vivos… del micro al macro. Estos microcosmos refieren la idea de que el ser humano se compone por los mismos elementos del macro cosmos: agua, tierra, fuego y aire. Las imágenes creadas me permitieron girarlas, variarlas de posición y así jugar con lo que se ve, siente e interpreta. Redefiniendo el sentido de la obra, variaciones aunque sencillas, cambiaron completamente la sensación y la percepción de la misma.
Posteriormente corté, recorté y pegué estos grabados en hojas de diferentes formatos, creando nuevas imágenes, esta vez piezas únicas inspiradas directamente del macrocosmos: el sistema solar. También integré el recurso del gofrado, que es la impresión de las placas sin tinta, dejando así el relieve y el hueco, presencia esencial en la composición. Así comenzó el tema que me ha acompañado desde entonces en mi propia búsqueda plástica: el vacío.
